lunes, 23 de abril de 2012

paz

Primero treinta minutos de ducha durante los cuales enjabonas con esmero cada mechón de pelo, y cada rincón de tu cuerpo, te envuelves en un par de toallas y te secas como puedes. Luego coges el secador y te secas el pelo, diez minutos durante los cuales te acaba doliendo el brazo y acabas cogiendo hasta agujetas. Una vez completamente seco el pelo procedes a la peor tortura del mundo, empiezas con unos tirones horribles con ese chisme que llaman tenacillas y  te churrascas las orejas y los dedos, y todo para conseguir unos pequeños tirabuzones disimulados que adornan lado y lado de la cabeza. Con eso de los rizos te pasas cerca de veinticinco minutos y luego te das cuenta de la mala cara que llevas hoy, así que suma otros cinco minutos de maquillaje, y diez decidiendo que te pones. Y una vez has acabado sigues sin estar satisfecha con el resultado así que te tiras de los pelos, y te preguntas porque narices no puedes ser perfecta y que tienes que hacer para conseguir ese aspecto que tanto deseas... pero todo lo que puedas hacer es completamente inútil. Así que es hora de asumir quien somos y como somos, porque después de casi hora y media delante del espejo lo único que has conseguido es causarte un terrible dolor de cabeza ¿y todo para qué?.. si sabes de sobras que hoy como mucho solo vas a salir a comprar el pan y ni el panadero se fija en lo preciosa que estás. Así que tras mucho arreglarme decido hacer un poco de terapia este fin de semana, preparo la mochila de montaña y la lleno con comida, una muda, y algunos enseres personales y de higiene. Y me voy, con mi ropa de deporte, una cola de caballo, mi cara limpia y ganas de encontrarme a mi misma, de recorrer el mundo, de dormir al aire libre, de escuchar a la naturaleza, y reconciliarme con mis pensamientos, simplemente buscando algo de paz.

viernes, 13 de abril de 2012

fuckingrain!

Me paro a mirar por la ventana mientras veo llover. Acerco el sillón a la cristalera y envuelvo mi tembloroso cuerpo en una manta mientras me dedico a observar fijamente cada gota de lluvia. Cada gota de agua cae cual lágrima deslizándose mejilla abajo. 
Conforme pasan los minutos la tormenta es cada vez más intensa y la cortina de agua que se forma parece una barrera de niebla húmeda que enturbiece el ambiente.
Imagino el momento en que vuelvas, devolviendo la luz a mi mundo, alejando los truenos y relámpagos y trayendo contigo calurosos días de verano.
Quizás sea una espera en vano, lo cierto es que no lo sé. Espero con anhelo el momento en que tu pequeño rayo de sol se abra paso entre las espesas nubes que colman este cielo y deje mi alma de llorar.